Hace un tiempo, D.Pablo, sacerdote de la parroquia de San Pedro, me pidió que colaborara en una iniciativa que habían puesto en marcha. Esta iniciativa consiste en que los jóvenes diéramos testimonio de nuestra fe al resto de los jóvenes (y no tan jóvenes) con motivo de la JMJ.
Esta semana he tenido el orgullo de ver publicado mi testimonio en la página web de la parroquia y me gustaría compartirlo con vosotros.
¡Qué difícil es ser joven cristiano hoy en día! Pero ni siquiera Jesús dijo que fuera a ser fácil. Qué difícil es ir a misa, dar catequesis, participar con tu parroquia, etc. sin que la sociedad actual piense que somos una especie rara.
Pero no te desanimes, no estás sólo, simplemente tienes que mirar un poco más lejos de las paredes de tu parroquia. Yo, como todos los jóvenes cristianos, me encontré en la situación de pensar que compartía mis creencias con un grupo reducido de personas dentro de mi parroquia. Pero decidí abrirle las puertas a Cristo, le dejé entrar en mi. Decidí dejarme guiar por Él y me llevó de la mano a conocer a su familia, la Iglesia Universal.
Primero quiso llevarme a conocer a María, su madre Inmaculada. Hace 5 años, me animó a subirme a un autobús y vivir una experiencia inolvidable en Lourdes. Fueron cinco cortos, pero intensos días, en los que pude darme cuenta de cómo niños, jóvenes, adultos y ancianos compartimos un mismo Credo. Aprendí a conocer a Jesús a través de María.
Hace 2 años, Jesús volvió a llamar a mi puerta de manera especial, quería llevarme a conocer su casa, su vida, me llevó a sus raíces, Jerusalén. Me enseño la fortaleza de su madre María al aceptar ser la Madre de Dios, su vida y sus enseñanzas por Galilea, para terminar con su Vía Crucis al Calvario. Una vez crucificado, fui a buscarle al Sepulcro y allí lo comprendí todo. No busquéis entre los muertos al que vive. Ha resucitado.
Por último, este año no sólo me ha llamado a mí, a ti también lo ha hecho. Escúchale. Él está tocando cada una de las puertas de nuestros corazones para que juntos vivamos la alegría de ser cristianos participando en los DED y la JMJ. Viviremos 10 días inolvidables, en los que junto con más de 4.000.000 de jóvenes de todo el mundo, compartiremos nuestra fe y nuestra alegría por ser hijos de Dios.
Jesús nos llamó a evangelizar. Cumplamos esta misión enseñando a los jóvenes de todo el mundo que Cristo vive en nosotros, que todos somos hermanos y dejémonos también evangelizar por ellos y por nuestro Papa, Benedicto XVI.
Jesús te ha tendido su mano para que le acompañes y descubras que no estás sólo, que somos muchos los que compartimos la FE en Cristo. Yo te tiendo la mía. ¿Vienes?
